No es ningún secreto que la Costa Brava es una de las zonas más bonitas del Mediterráneo. Abarca todo el litoral catalán desde Blanes hasta la frontera con Francia y es famosa es por sus impresionantes paisajes. Y no es para menos, ya que en esta zona puedes encontrar desde recónditas calas de agua cristalina en las que bañarte hasta sinuosos senderos por los que pasear mientras disfrutas de unas magníficas vistas. Esto lo convierte en un destino de lo más completo para los amantes de la naturaleza.
Visitar sus calas es una fantástica forma de familiarizarse con la Costa Brava. Aunque otra opción es recorrer los caminos de ronda, es decir, los itinerarios que conectan los distintos pueblos que la conforman.
Hay distintas teorías sobre la función original de estos senderos antes de convertirse en una destinación turística a principios del siglo pasado ya que su escarpado litoral, sus acantilados rocosos y sus cuevas escondidas hacían de ellos un lugar perfecto donde se escondían los contrabandistas.
Con una extensión de más de 200km, la Costa Brava ofrece múltiples recorridos, por lo que te traemos una selección de los cuatro que más nos gustan ya sea por su belleza o por su particularidad. ¡Esperamos que los disfrutes!
De Sant Feliu de Guíxols a S’Agaró
Es uno de los tramos más sencillos y bonitos de la Costa Brava. Este itinerario empieza en la localidad de Sant Feliu de Guíxols y llega hasta Cala Sa conca, en S’Agaró. Se puede empezar desde Cala Jonca o playa Sant Pol y va bordeando el litoral. Aunque tiene algunos desniveles, se trata de un tramo fácil que transcurre entre casas señoriales, miradores y calas.
De Palamós a Calella de Palafrugell
Esta glamurosa ruta empieza en Platja de la Fosca, un lugar perfecto para hacer snorkel o paddle surf y también para hacer una pequeña excursión hasta llegar a Calella de Palafrugell a través de un camino paralelo al mar. Atraviesa la pequeñísima cala s’Alguer, antiguamente poblada por cabañas de pescadores, y también la Barraca de Dalí, un antiguo refugio que el artista Albert Puig Palau construyó en honor al pintor Dalí, entre otros muchos parajes idílicos. En el tramo final pasa por los Jardins de Cap Roig, donde se celebra un famoso festival de música en verano.
De Platja del Racó a Sa Riera
Este recorrido tiene su inicio en Begur, uno de los pueblos con más encanto de la Costa Brava. De hecho, esta localidad cuenta con cuatro tramos de camino de ronda, de los que nos quedamos con el que va de Platja del Racó (la más extensa de la zona) hasta Sa Riera. Bordeando las calas de Begur, se adentra en zonas boscosas y también pasa por Platja Illa roja, que debe su nombre a una gran roca de color rojizo que baña su orilla y que no deja indiferente a nadie.
De Port de la Selva a Llançà
Este camino de ronda es uno de los más tranquilos ya que se trata de dos de los últimos pueblos de la Costa Brava. Si bien es un poco más largo, recorrerlo vale la pena por la sensación de calma que contrasta con los agrestes paisajes. Empieza en la Platja d’en Taita, Portbou, y pasa por múltiples calas hasta llegar a Llançà.
Si después de las dos horas y media que dura el recorrido os entra el hambre, podéis acercaros a Miramar, un restaurante de la zona con una cocina excepcional que le ha merecido dos estrellas Michelín.
Todos estos caminos te permitirán disfrutar de la Costa Brava en profundidad y a tu propio ritmo. ¡No esperes más para disfrutar de la naturaleza y la paz que ofrece el Mediterráneo en verano!